Reseña y crítica sobre el libro: "Homo Deus" del autor Yuval Noah Harari

Escrito por Yago Federico Salmón De Lucio


Crítica y reseña del libro: “Homo Deus” del autor Yuval Noah Harari.

 

Me decidí a escribir esta breve reseña y más que crítica, invitación a la reflexión tras leer el libro del profesor Harari, ya que, en principio, no tenía ninguna intención de leerlo, sin embargo, las ideas expuestas son un tema que debería de concernirnos a todos. El libro lo recibí como un presente en navidad y por pura curiosidad terminé inmiscuido en el transhumanismo como teoría del presente y por supuesto, del devenir. Este libro, titulado “Homo Deus: Breve historia del mañana”, no es solamente un recorrido por la escala temporal geológica de la tierra y una novela sobre el paso del hombre por la historia, sino que contiene un análisis bastante bien elegido sobre los mismos acontecimientos y su repercusión en la creación de valores por medio de signos en la sociedad humana. Ahora podríamos preguntarnos, ¿Cuál es la razón del análisis de la construcción de valores por medio de signos? ¿Qué representan y a qué nos referimos cuando hablamos de signos? Además de esto, el autor nos exige a lo largo del libro, una interrogación meticulosa sobre nosotros mismos al demostrar en rasgos generales, cómo es que el humano se hizo dueño y señor de su propia realidad, además de exhibir ciertos rasgos a los cuales llamaría, incluso, psicológicos, mediante los cuales, nosotros los humanos, hemos logrado crear una narrativa convincente de los hechos que nos afirman como seres con sentido sobre un universo aparentemente caótico. Sin más reparo, sería agradable comenzar este divertido recorrido por aquellas ideas que fluyeron por mi mente mientras que navegaba por el mar que Harari constituyó en Homo Deus.

El libro está escrito y repartido en tres grandes partes. La primera titulada, “Homo Sapiens conquista el mundo”, el cual contiene dos capítulos; “El Antropoceno” y “La chispa humana”. La segunda parte “Homo Sapiens da sentido al mundo”, redactado en cuatros capítulos los cuales son: “Los narradores”, “La extraña pareja” la cual relata la dual relación entre espiritualidad y religión, “La alianza moderna” y “La revolución humanista”. Finalmente, la tercera parte “Homo Sapiens pierde el control”, en la cual parece prescribir al futuro del hombre, una realidad que ya complicada, se desmoronará para darle paso a su gran Homo Deus. Esta última parte se conforma nuevamente de cuatro capítulos, a mi parecer, menesteres todos para encontrar el eje del libro y canalizar todo aquello a lo que intenta dar forma durante la trama. Estos capítulos son: “La bomba de tiempo en el laboratorio”, “La gran desconexión”, “El océano de la conciencia” y “La religión de los datos”; donde se palpa una verdad a medio cocer, pero consistente.

Ahora bien, por mi parte, creo que el libro podría sostenerse en vigas, siendo estas el axioma de donde parten las demás ideas de forma rizomática, tejiendo el ideal que nos desea mostrar organizadamente el autor. En principio, la necesidad del humano de luchar contra las guerras, las pestes y el hambre; es decir, su deseo insostenible de continuar con vida, de sobrevivir. El instinto de supervivencia. En segundo lugar, el contraste que existe entre el humano y los demás seres vivos, haciendo un pequeño volque sobre la consciencia y lo que ella significa sobre y para nosotros y los animales. Es decir, la categoría humana como centro de la existencia; el antropocentrismo. En tercer lugar, colocaría el trabajo humano como herramienta para conocer la realidad que se le presenta, siendo este el hombre en busca de sentido, el hombre en su impermutable necesidad de sentido. La búsqueda de significado, de fundamentarse. Como cuarta viga, creo, sería válido hablar sobre una trascendencia o bien una degradación de la categoría humana, estando esta sujeta a la interpretación subjetiva del lector. ¿Cuál es esta dicotomía? En principio sería la aparición del Homo Deus, nueva categoría de la evolución del hombre, pero no por medio de la teoría evolutiva en la cual las mutaciones aleatorias del ADN se transmiten de generación en generación, sino mediante la alteración artificial de nuestro organismo a través de ingeniería biológica y genética. En función a lo ya expuesto, los pilares de la teoría de Harari, de alguna manera resumidos por mí, se sostienen a sí mismos entre ellos, permitiendo una dialéctica constante que permite el desarrollo del libro. Por así decirlo, el Pathos del libro gira en torno al desarrollo holístico del hombre en sociedad y su necesidad de utilidad como seres individuales en función a la negación del colectivo marginado, del sujeto sin utilidad y sin razón de ser. Existe, mientras se lee el libro, esta conexión en la cual, el autor te hace sentir definitivamente incómodo al exhibir lo que podría ser una realidad completamente distópica a los ojos del hombre actual de clase media y baja socioeconómicamente hablando. Una conexión que bien podría hacerte sudar las manos.

Parafraseando entonces, nos encontramos con: 1. El instinto de supervivencia y superación, 2. el incoherente antropocentrismo, 3. La búsqueda de sentido y 4. el transhumanismo.

Es un libro bastante amplio y tratar de resumir burdamente el trabajo del profesor, me parecería una falta de consideración tanto hacia el lector como al autor, por lo mismo, me centraré en algunas ideas que llamaron especialmente mi atención y finalmente responderé tres preguntas que plantea Harari al final del libro.

¿Por qué si el autor se preocupa tanto por la necesidad de los animales en el sector ganadero, plantea un futuro tan desigual y caótico para la humanidad? ¿El yo experimentador y el yo narrador son una realidad? ¿Es en esencia, el ser humano, un algoritmo biológico y nada más que eso? ¿Es el dataísmo una religión mejor que todas las demás? Estas son algunas pocas de las preguntas que surgieron al leer el libro.

Ahora bien, según comprendemos, el autor parece estar más interesado en el bienestar de los animales de granja que en el propio futuro de la humanidad, sin embargo, creo que la razón para ello, no es que verídicamente sea este el axioma último de su idea, sino más bien, un valor que el humano tendría que cuestionarse para su futuro próximo. ¿Cómo puede afectar la relación entre el humano y el animal a nuestro futuro? Harari nos hace ver, que mediante el desarrollo de complejos algoritmos y el internet de todas las cosas, finalmente la inteligencia no tiene la necesidad de una consciencia para hacerse cargo de un desarrollo de la humanidad. Más bien, el flujo de datos inconsciente es una realidad a la cual ya nos enfrentamos. ¿Y qué tiene que ver esto con nuestra relación con los animales ganaderos? Como bien hace entender Harari, nosotros, los seres humanos, no hemos dominado el mundo por nuestra inteligencia únicamente, ni por nuestra conciencia de manera aislada. Nos explica más bien en sus propias palabras que: “Los sapiens dominan el mundo porque solo ellos son capaces de tejer una red intersubjetiva de sentido: una red de leyes, fuerzas, entidades y lugares que existen puramente en su imaginación común. Esta red permite que los humanos organicen cruzadas, revoluciones socialistas y movimientos por los derechos humanos.” (Harari, 2019, p. 171). Esto, de manera implícita, hace referencia a que nosotros como humanos, no ocupamos el trono de la cadena alimenticia por ser intrínsecamente mejores y más conscientes, sino por nuestra habilidad de tener no realidades objetivas o subjetivas individuales, sino por nuestra capacidad de actuar colectivo mediante abstracciones intersubjetivas, muchas veces incluso con un desarrollo dogmático. Un ejemplo de esto podría ser el valor del dinero, compañías como Google, la Unión Europea o filosofías orientales (por mencionar una de las muchas). Esto como consecuencia que se comprende al final del libro, nosotros como humanos, no tendremos relevancia en comparación con la capacidad que tendrá la inteligencia artificial y si no somos capaces de entregar un trato digno a los animales, ¿Por qué nuestro destino tendría que diferir del de ellos?

El mito del individualismo del ser humano, según Harari, probablemente sea uno de los más grandes, sino el más complejo de la historia. El humano apela a su individualidad como concepto de ser irremplazable debido a sus características distintivas en contraste con el resto. A los ojos del autor, no somos más que algoritmos biológicos complejos que se proyectan e interactúan con su realidad gracias a una serie de reacciones que se llevan a cabo de manera puramente química y biológica. Si esto es real o no, tendría espacio en un debate metafísico sobre la ontología del ser, pero no nos centraremos en eso. ¿Acaso Harari niega rotundamente la relevancia del subjetivismo? Si y no. Es así debido a que, como especie, hemos tejido una red de intersubjetividad que nos permite el sentido, nos da la confianza y ganas de continuar viviendo. Aquí es donde se involucra el humanismo, que nutre de antropocentrismo a la historia contemporánea. Por otro lado, ¿Qué de “auténtico yo” tiene la cacofonía de voces que encontramos al buscar en nuestro interior? ¿Qué significa nuestro interior, dónde buscar en nosotros mismos? Estas son algunas cuestiones que me gustaría dejar abiertas a la introspección del lector.

¿El Dataísmo es una religión mejor a las demás? Como toda religión, cuenta con un dogma principal, el cual nos cuenta el profesor Harari: “El Dataísmo, no se limita a profecías ociosas. Como toda religión, tiene sus fundamentos prácticos. El primero y el principal: un dataísta debe maximizar el flujo de datos conectándose cada vez más a medios, y produciendo y consumiendo cada vez más información. Como otras religiones de éxito, el Dataísmo también es misionero. Su segundo mandamiento es conectar todo al sistema, incluidos los herejes que no quieren ser conectados. Y “todo” significa más que solo los humanos. Significa todas las cosas.” (Harari, 2019, p. 415) Y más adelante formula la pregunta: ¿Qué es la muerte sino una situación en la que la información no fluye? La situación del Dataísmo es la misma que con el resto de religiones, consta de una idea central de la cual se parte, un aforismo que pretende ser sabio, básicamente, una cantidad creciente de fanáticos por profesar un creer-saber de la verdadera verdad de las cosas y una masa sobre la cual volcarse. Este pseudointelectualismo, se percibe al leer sobre las profecías que el autor tiene para contarnos, aunque al finalizar, sí deja al lector con una desazón sobre el ignoto futuro que nos depara la tecnología.

Finalmente me gustaría responder brevemente las preguntas que el autor deja, básicamente como tarea para el librepensador.

1.    ¿Son en verdad los organismos solo algoritmos y es en verdad la vida solo procesamiento de datos?

 

-       A esto respondería que no, debido a que la vida no consta de procesar datos automáticamente. La vida es una reacción frente a la estimulación, es emitir juicios que anteriores al estímulo no existían, es ser consciente del saber y no solo saber. Tener consciencia de saber es interactuar con los datos de manera crítica, es sostener y trocar constantemente es un tira y afloja cíclico, constante; que abre las puertas a la inducción y proyección de realidades y leyendas. El ser humano no se caracteriza precisamente por su capacidad de razonamiento perpetuo, sino por su voluntad y capacidad de elegir la pasión por sobre la razón, incluso cuando nos sabemos equívocos.

 

2.    ¿Qué es más valioso, la inteligencia o la consciencia?

 

-       Bien podríamos apelar a la idea de que los valores se construyen como deconstrucción del relativismo que esta idea sugiere, sin embargo, precisamente lo que le otorga la humanidad al ser, es su relación con el saber y el desconocer de las cosas en general. ¿Qué son los números sino constancia del infinito? Y ¿Qué es el humano sino razón del límite? Limite en cuanto a delimitar la realidad al yo, a la unidad dentro de la magnitud. Una fluctuación constante de datos sin consciencia, es como el árbol que cae en medio del bosque y que nadie escucha; y aún peor, el árbol está vivo, el dato no.

 

3.    ¿Qué le ocurrirá a la sociedad, a la política y a la vida cotidiana cuando algoritmos no conscientes pero muy inteligentes nos conozcan mejor que nosotros mismos?

 

-       Esta pregunta parece compleja, pero es verídicamente simple. Si el humano es únicamente una estadística sobre el consumo y la cotidianidad, entonces la estadística no es nada más que eso. Una estadística sobre el consumo y el diario performance. Quizá sí, algún día los algoritmos sepan mejor lo que haremos que nosotros mismos, pero al mismo tiempo, esto es creer que, la estadística es condicionante del comportamiento humano y no al revés. Como bien se expone, siempre existirá aquel que, entre miles de millones, hace y se comporta erráticamente. A mi parecer, ese es el verdadero Homo Deus.

 

En conclusión, me gustaría recomendar el libro y hacer notar que esta crítica y reseña no es más que un pequeño barco de papel en medio del diluvio de ideas que inundan la amplitud del trabajo. Como siempre, insisto e invito al lector a participar en la lectura, en general, y dar a conocer sus ideas. Este trabajo no pretende ser un resumen y mucho menos un juicio de valor sobre el trabajo del profesor, por el contrario, a pesar de no estar de acuerdo con muchas de sus ideas, lo aprecio por su exposición sin igual.


Bibliografía:

- Noah Harari, Yuval. 2019. Homo Deus. Breve historia del mañana. Israel. Editorial Debate.



Yago Salmón De Lucio es un escritor peruano de veintidós años amante del arte. En la actualidad estudia la carrera de Psicología. Es el creador y editor del blog. Instagram: @yagosalmon y @elportadordelapolilla



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