Reseña y crítica sobre el libro: "Homo Deus" del autor Yuval Noah Harari
Crítica y reseña del libro: “Homo Deus” del autor
Yuval Noah Harari.
Me decidí a escribir esta breve reseña y más que
crítica, invitación a la reflexión tras leer el libro del profesor Harari, ya
que, en principio, no tenía ninguna intención de leerlo, sin embargo, las ideas
expuestas son un tema que debería de concernirnos a todos. El libro lo recibí
como un presente en navidad y por pura curiosidad terminé inmiscuido en el
transhumanismo como teoría del presente y por supuesto, del devenir. Este
libro, titulado “Homo Deus: Breve historia del mañana”, no es solamente un
recorrido por la escala temporal geológica de la tierra y una novela sobre el
paso del hombre por la historia, sino que contiene un análisis bastante bien
elegido sobre los mismos acontecimientos y su repercusión en la creación de
valores por medio de signos en la sociedad humana. Ahora podríamos
preguntarnos, ¿Cuál es la razón del análisis de la construcción de valores por
medio de signos? ¿Qué representan y a qué nos referimos cuando hablamos de
signos? Además de esto, el autor nos exige a lo largo del libro, una
interrogación meticulosa sobre nosotros mismos al demostrar en rasgos
generales, cómo es que el humano se hizo dueño y señor de su propia realidad,
además de exhibir ciertos rasgos a los cuales llamaría, incluso, psicológicos,
mediante los cuales, nosotros los humanos, hemos logrado crear una narrativa
convincente de los hechos que nos afirman como seres con sentido sobre un
universo aparentemente caótico. Sin más reparo, sería agradable comenzar este
divertido recorrido por aquellas ideas que fluyeron por mi mente mientras que
navegaba por el mar que Harari constituyó en Homo Deus.
El libro está escrito y repartido en tres grandes partes.
La primera titulada, “Homo Sapiens conquista el mundo”, el cual contiene dos
capítulos; “El Antropoceno” y “La chispa humana”. La segunda parte “Homo
Sapiens da sentido al mundo”, redactado en cuatros capítulos los cuales son:
“Los narradores”, “La extraña pareja” la cual relata la dual relación entre
espiritualidad y religión, “La alianza moderna” y “La revolución humanista”. Finalmente,
la tercera parte “Homo Sapiens pierde el control”, en la cual parece prescribir
al futuro del hombre, una realidad que ya complicada, se desmoronará para darle
paso a su gran Homo Deus. Esta última parte se conforma nuevamente de cuatro
capítulos, a mi parecer, menesteres todos para encontrar el eje del libro y
canalizar todo aquello a lo que intenta dar forma durante la trama. Estos
capítulos son: “La bomba de tiempo en el laboratorio”, “La gran desconexión”,
“El océano de la conciencia” y “La religión de los datos”; donde se palpa una
verdad a medio cocer, pero consistente.
Ahora bien, por mi parte, creo que el libro podría
sostenerse en vigas, siendo estas el axioma de donde parten las demás ideas de
forma rizomática, tejiendo el ideal que nos desea mostrar organizadamente el
autor. En principio, la necesidad del humano de luchar contra las guerras, las
pestes y el hambre; es decir, su deseo insostenible de continuar con vida, de
sobrevivir. El instinto de supervivencia. En segundo lugar, el contraste que
existe entre el humano y los demás seres vivos, haciendo un pequeño volque
sobre la consciencia y lo que ella significa sobre y para nosotros y los animales.
Es decir, la categoría humana como centro de la existencia; el antropocentrismo.
En tercer lugar, colocaría el trabajo humano como herramienta para conocer la
realidad que se le presenta, siendo este el hombre en busca de sentido, el
hombre en su impermutable necesidad de sentido. La búsqueda de significado, de
fundamentarse. Como cuarta viga, creo, sería válido hablar sobre una
trascendencia o bien una degradación de la categoría humana, estando esta
sujeta a la interpretación subjetiva del lector. ¿Cuál es esta dicotomía? En
principio sería la aparición del Homo Deus, nueva categoría de la evolución del
hombre, pero no por medio de la teoría evolutiva en la cual las mutaciones
aleatorias del ADN se transmiten de generación en generación, sino mediante la
alteración artificial de nuestro organismo a través de ingeniería biológica y
genética. En función a lo ya expuesto, los pilares de la teoría de Harari, de
alguna manera resumidos por mí, se sostienen a sí mismos entre ellos,
permitiendo una dialéctica constante que permite el desarrollo del libro. Por
así decirlo, el Pathos del libro gira en torno al desarrollo holístico del
hombre en sociedad y su necesidad de utilidad como seres individuales en
función a la negación del colectivo marginado, del sujeto sin utilidad y sin
razón de ser. Existe, mientras se lee el libro, esta conexión en la cual, el
autor te hace sentir definitivamente incómodo al exhibir lo que podría ser una
realidad completamente distópica a los ojos del hombre actual de clase media y
baja socioeconómicamente hablando. Una conexión que bien podría hacerte sudar
las manos.
Parafraseando entonces, nos encontramos con: 1. El
instinto de supervivencia y superación, 2. el incoherente antropocentrismo, 3.
La búsqueda de sentido y 4. el transhumanismo.
Es un libro bastante amplio y tratar de resumir
burdamente el trabajo del profesor, me parecería una falta de consideración
tanto hacia el lector como al autor, por lo mismo, me centraré en algunas ideas
que llamaron especialmente mi atención y finalmente responderé tres preguntas
que plantea Harari al final del libro.
¿Por qué si el autor se preocupa tanto por la
necesidad de los animales en el sector ganadero, plantea un futuro tan desigual
y caótico para la humanidad? ¿El yo experimentador y el yo narrador son una
realidad? ¿Es en esencia, el ser humano, un algoritmo biológico y nada más que
eso? ¿Es el dataísmo una religión mejor que todas las demás? Estas son algunas
pocas de las preguntas que surgieron al leer el libro.
Ahora bien, según comprendemos, el autor parece estar
más interesado en el bienestar de los animales de granja que en el propio
futuro de la humanidad, sin embargo, creo que la razón para ello, no es que
verídicamente sea este el axioma último de su idea, sino más bien, un valor que
el humano tendría que cuestionarse para su futuro próximo. ¿Cómo puede afectar
la relación entre el humano y el animal a nuestro futuro? Harari nos hace ver,
que mediante el desarrollo de complejos algoritmos y el internet de todas las
cosas, finalmente la inteligencia no tiene la necesidad de una consciencia para
hacerse cargo de un desarrollo de la humanidad. Más bien, el flujo de datos inconsciente
es una realidad a la cual ya nos enfrentamos. ¿Y qué tiene que ver esto con
nuestra relación con los animales ganaderos? Como bien hace entender Harari,
nosotros, los seres humanos, no hemos dominado el mundo por nuestra
inteligencia únicamente, ni por nuestra conciencia de manera aislada. Nos
explica más bien en sus propias palabras que: “Los sapiens dominan el mundo
porque solo ellos son capaces de tejer una red intersubjetiva de sentido: una
red de leyes, fuerzas, entidades y lugares que existen puramente en su
imaginación común. Esta red permite que los humanos organicen cruzadas,
revoluciones socialistas y movimientos por los derechos humanos.” (Harari,
2019, p. 171). Esto, de manera implícita, hace referencia a que nosotros como
humanos, no ocupamos el trono de la cadena alimenticia por ser intrínsecamente
mejores y más conscientes, sino por nuestra habilidad de tener no realidades
objetivas o subjetivas individuales, sino por nuestra capacidad de actuar
colectivo mediante abstracciones intersubjetivas, muchas veces incluso con un
desarrollo dogmático. Un ejemplo de esto podría ser el valor del dinero,
compañías como Google, la Unión Europea o filosofías orientales (por mencionar
una de las muchas). Esto como consecuencia que se comprende al final del libro,
nosotros como humanos, no tendremos relevancia en comparación con la capacidad
que tendrá la inteligencia artificial y si no somos capaces de entregar un
trato digno a los animales, ¿Por qué nuestro destino tendría que diferir del de
ellos?
El mito del individualismo del ser humano, según
Harari, probablemente sea uno de los más grandes, sino el más complejo de la
historia. El humano apela a su individualidad como concepto de ser
irremplazable debido a sus características distintivas en contraste con el
resto. A los ojos del autor, no somos más que algoritmos biológicos complejos
que se proyectan e interactúan con su realidad gracias a una serie de
reacciones que se llevan a cabo de manera puramente química y biológica. Si
esto es real o no, tendría espacio en un debate metafísico sobre la ontología
del ser, pero no nos centraremos en eso. ¿Acaso Harari niega rotundamente la
relevancia del subjetivismo? Si y no. Es así debido a que, como especie, hemos
tejido una red de intersubjetividad que nos permite el sentido, nos da la
confianza y ganas de continuar viviendo. Aquí es donde se involucra el
humanismo, que nutre de antropocentrismo a la historia contemporánea. Por otro
lado, ¿Qué de “auténtico yo” tiene la cacofonía de voces que encontramos al
buscar en nuestro interior? ¿Qué significa nuestro interior, dónde buscar en
nosotros mismos? Estas son algunas cuestiones que me gustaría dejar abiertas a
la introspección del lector.
¿El Dataísmo es una religión mejor a las demás? Como
toda religión, cuenta con un dogma principal, el cual nos cuenta el profesor
Harari: “El Dataísmo, no se limita a profecías ociosas. Como toda religión,
tiene sus fundamentos prácticos. El primero y el principal: un dataísta debe
maximizar el flujo de datos conectándose cada vez más a medios, y produciendo y
consumiendo cada vez más información. Como otras religiones de éxito, el Dataísmo
también es misionero. Su segundo mandamiento es conectar todo al sistema,
incluidos los herejes que no quieren ser conectados. Y “todo” significa más que
solo los humanos. Significa todas las cosas.” (Harari, 2019, p. 415) Y más
adelante formula la pregunta: ¿Qué es la muerte sino una situación en la que la
información no fluye? La situación del Dataísmo es la misma que con el resto de
religiones, consta de una idea central de la cual se parte, un aforismo que
pretende ser sabio, básicamente, una cantidad creciente de fanáticos por
profesar un creer-saber de la verdadera verdad de las cosas y una masa sobre la
cual volcarse. Este pseudointelectualismo, se percibe al leer sobre las
profecías que el autor tiene para contarnos, aunque al finalizar, sí deja al
lector con una desazón sobre el ignoto futuro que nos depara la tecnología.
Finalmente me gustaría responder brevemente las
preguntas que el autor deja, básicamente como tarea para el librepensador.
1. ¿Son en verdad los organismos solo algoritmos y es en
verdad la vida solo procesamiento de datos?
-
A esto
respondería que no, debido a que la vida no consta de procesar datos
automáticamente. La vida es una reacción frente a la estimulación, es emitir
juicios que anteriores al estímulo no existían, es ser consciente del saber y
no solo saber. Tener consciencia de saber es interactuar con los datos de
manera crítica, es sostener y trocar constantemente es un tira y afloja
cíclico, constante; que abre las puertas a la inducción y proyección de
realidades y leyendas. El ser humano no se caracteriza precisamente por su
capacidad de razonamiento perpetuo, sino por su voluntad y capacidad de elegir
la pasión por sobre la razón, incluso cuando nos sabemos equívocos.
2. ¿Qué es más valioso, la inteligencia o la consciencia?
-
Bien
podríamos apelar a la idea de que los valores se construyen como deconstrucción
del relativismo que esta idea sugiere, sin embargo, precisamente lo que le
otorga la humanidad al ser, es su relación con el saber y el desconocer de las
cosas en general. ¿Qué son los números sino constancia del infinito? Y ¿Qué es
el humano sino razón del límite? Limite en cuanto a delimitar la realidad al
yo, a la unidad dentro de la magnitud. Una fluctuación constante de datos sin
consciencia, es como el árbol que cae en medio del bosque y que nadie escucha;
y aún peor, el árbol está vivo, el dato no.
3. ¿Qué le ocurrirá a la sociedad, a la política y a la
vida cotidiana cuando algoritmos no conscientes pero muy inteligentes nos
conozcan mejor que nosotros mismos?
-
Esta
pregunta parece compleja, pero es verídicamente simple. Si el humano es
únicamente una estadística sobre el consumo y la cotidianidad, entonces la
estadística no es nada más que eso. Una estadística sobre el consumo y el
diario performance. Quizá sí, algún día los algoritmos sepan mejor lo que
haremos que nosotros mismos, pero al mismo tiempo, esto es creer que, la
estadística es condicionante del comportamiento humano y no al revés. Como bien
se expone, siempre existirá aquel que, entre miles de millones, hace y se
comporta erráticamente. A mi parecer, ese es el verdadero Homo Deus.
En conclusión, me gustaría recomendar el libro y hacer
notar que esta crítica y reseña no es más que un pequeño barco de papel en
medio del diluvio de ideas que inundan la amplitud del trabajo. Como siempre,
insisto e invito al lector a participar en la lectura, en general, y dar a
conocer sus ideas. Este trabajo no pretende ser un resumen y mucho menos un
juicio de valor sobre el trabajo del profesor, por el contrario, a pesar de no
estar de acuerdo con muchas de sus ideas, lo aprecio por su exposición sin
igual.
Bibliografía:
- Noah Harari, Yuval. 2019. Homo Deus. Breve historia del mañana. Israel. Editorial Debate.
Yago Salmón De Lucio es un escritor peruano de veintidós años amante del arte. En la actualidad estudia la carrera de Psicología. Es el creador y editor del blog. Instagram: @yagosalmon y @elportadordelapolilla




Excelente Yago. Tu abuelo que te admira.
ResponderEliminarMuchas gracias abuelo!
EliminarExcelente Yago, muy buena reseña, motiva a leer el libro.
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