Carta: La luz de mis amigos
Por Yago Salmón De Lucio
Fotografía "Luz" Por Yago Salmón
La luz de mis amigos
Aprendí la magia que conlleva la filantropía que son tiempo y espacio en núcleos de minerales y rocas volátiles, condensándose en personas atraídas por el cambio, por el bando. Y dicen llamarme amigo, no derroco la idea que soy de la misma especie y abarco las mismas bacterias. Así evolucionamos de relación en relación como un sistema complejo que tiene cierta transición, solapando los traumas sufridos desde niños, aquella sexualidad que generó nuestra represión. Aun así, he aprendido que cada humano tiene su espacio, y el espacio no nos tiene como su eterna redención; por lo que acumulamos galaxias que se reproducen y engendran, bajo la marea de un mismo océano, lo llamamos cuerpo, habitación:
Cuerpo y alma
Envase y relleno
Mente y anatomía
Física y Dios
Aunque no confundo mi insolencia cuando me siento megalómano, ya sé que soy genérico y que provengo de lo mismo, pues hemos domesticado un ácido llamado ADN, pero seguimos trasnochando por la química que nos trae satisfacción. Pero no hay superficial, así como no hay sintéticos, somos todos tanto cultura como somos miedo y extrañamos y extrañamos y somos lo que creamos y creemos que somos todo, pero el todo en mi mundo no significa nada. Por ende, somos obsoletos como somos partícipes y si hay príncipes, hay quimeras y hay pueblo como peces en el mar. Son los peces en el mar. Que nadaron y nadamos en reversa (salmón), algunos menos, otros más como una eterna mutación; aunque he aprendido a no ser revolucionario, pues la vida son estímulos en constante trasmisión. Yo quisiera ser tu ídolo, pero no como Yago Salmón, sino como hermano a hermano, te presto mi corazón. Pues no comprendo mi existencia si no es de tu mano y el valor que tengo es la apreciación que te das (amor). Fuego como elemento de la constante aniquilación, pues toda creación conlleva destrucción, y si pretendemos aceptarnos frente al espejo del baño debemos aprender a comprender nuestra identidad.
No soy amigo de todos, así como soy:
La chispa
La llama
La colisión
La armonía, que después de su desaparición, procrea dos en sintonía.
Y creamos como átomos que se dispersan en muones, pues son partículas elementales, somos Quarks de predicciones. La economía, la química, las letras, todas en una conglomeración que la llamo conciencia, que la llamo “Yo”.
Es esta una carta para todos mis mejores amigos, porque los veranos transcurren, así como ocurre la vida en una balacera, somos el perdigón sonando entre callejones y nuestro metal pierde su forma de la misma manera en la que nuestras células mutan. No sé, pero me parece haber influenciado en ustedes, tanto como ustedes en mí, pero no a largo plazo sino más bien como un impulso tardío, como un arco reflejo. Creo haber comprendido muchas de sus dudas y sus problemas, así como aún contengo mis reacciones psicosomáticas y no hay polvo de coca, como no hay hoja de planta que sane más allá de nuestra propia comprensión. Somos frágiles, somos pequeños, pero cada vez siento que el lenguaje se queda corto y las palabras nuevas se agotan como se agotan los nudos del Ábaco; el problema es que mi secuencia no tiene fin, por lo que no es absoluta, pero tampoco es tangible, somos gruta. Por eso aprendemos y hay que ser constantes, yo me repito diariamente: “El que no lucha, no la hace”, aunque debo confesarte que mi mayor preocupación jamás es personal, es algo más grande que mi calidad de humildad.
Somos piedra en pinceles que, en triste agonía, reposan en la tinta aborrecida del artista abandonado. Así los abandono amigos, como abandono las piedras en el camino, pero no porque no los sienta como siento al resto de mi conocimiento, sino porque si les trazo el camino, entonces deja de ser conmigo. Anhelo fausto que no caigan en casualidades momentáneas, sino que busquen la causalidad de los problemas trascendentales. Es que no hay excusa, no conozco mayor satisfacción que hacer lo que quiero, pero para tener opción primero hay que tener esparcimiento. Estar aquí y allá en una expansión constante, y trasladarnos en y entre los pies que marcaron nuestro camino, es irremediable. continúo así, que he dejado de creer en el ayer y en el mañana, hoy solo confío en un hoy que nunca acaba; al menos no durante nuestras miserables vidas y pues nada, son la luz en la sombra, somos el ser en constante batalla. Permutaron mi Francia comprendida por Jean-Paul Sartre en una playa de Punta Hermosa, “Sur chico” lo llaman algunos resolutos. Siempre hay quién cree que el tiempo se pierde, así como se gana y resguardan sus noches bajo el calor de alguna hembra, aún sin comprender que la soledad, la drogadicción y la fiesta enseña tanto como el empeño, la perseverancia y la introspección. Deja ya de ser una cuestión de estudio ontológico, para pasar a ser el estudio subjetivo, del nombre propio. Así adquirí conocimiento como las esponjas que son los niños, ¿Y qué menos? Si yo soy un niño impertérrito.
¿Y cómo sé que todo esto es cierto, que no soy un fanático apostando a la banca? Si esta física de fluidos es tan inmersiva que ando buceando en marea alta. ¡Pasa que no tienen idea de cómo los amo y es que todos llevamos algo irremediable para el alma! ¡Me duele suponer, que no hay un desenlace, para toda esta actitud, que no es plenitud, es imitarse, por el miedo al miedo, al cambio y al bienestar, cuando toda nuestra vida vivimos en malestar! Pero la vida es constancia, relación con la prestancia, pues la razón de ser no es más que una actitud y labia, y la vida es una performance de la obra que más nos guste. Me niego a confiar en mi propia palabra, pues la duda engendró más duda y de esta, la desemejanza. Así he mutado de pellejo múltiples veces, a razón de mi nombre, solo llaman a un ex convicto. No hay problema, mi paciencia anteriormente ya ha sido violentada y por cada persona que conozco, mi leyenda será más grande.
Dirán que vivieron durante el transcurso de la vida del mejor escritor que alguna vez tuvieron (hasta ahora), pero lo que no han comprendido es que no escribo por mí, yo no soy nadie. Así como nadie es nada y pues hoy todo parece ser un fenómeno mutable. Me pregunto si es que aún existe la inmortalidad, el absoluto, dejemos de creer en la comprensión del mundo. Comprenderlo es necesario e improbable, pero siempre nos ha gustado ser el centro de la rotonda, allí donde lo geométrico pierde vida, pierde norma.
La luz de mis amigos
Es constante, es paulatina, y espero que a mi regreso hayan madurado para sostener distintas conversaciones, pues cada que regreso me siento confortado, al saber que también han vivido miserias en el cotidiano de esta ciudad distópica. La novedad es pasar la página, y qué rápido han pasado la página cuando se trata del placer, ustedes aún no lo han comprendido amigos, pero son la sociedad del placer, de la lujuria, del exceso. No de un exceso comprendido en sí mismo, sino uno lujurioso y despampanante. Lo jodido es que los problemas están tan a la vista y a la vez están tan prófugos, que verídicamente me siento perdido entre la mala hierba. Quiero siempre creer que no son estúpidos, pero también los comprenden y no los aprenden. Del racismo a la xenofobia, de odiar a la patria, para odiar al otro, pero luego todos quieren practicar Yoga y seguir a buda, usar psicodélicos como los honguitos y viajar polimórficos.
no existe verídicamente una composición nutricia, así como tampoco hay anomalías en la suerte, es o crees en el azar o crees en la fuerza de tu mente.
He bailado con la letra que dice que todas las flores reposan en el fuego, he sobado mi cuerpo contra el tuyo, a veces con morbo y otras veces con amor, pero el humano está tanto impregnado de pasiones como de capacidad de amar. Esto no viene de fábrica, se produce, se recrea, en un crecer constante que madura y se enreda. He tomado fotos con mi amigo de ojos jalados y hemos encapsulado la luz en un aparato diminuto, pero pertinente: (La cámara) / fotografía. Creé una composición de fotos llamada Luz, manejé un auto a noventa y cinco millas por hora, pero sin buscar la muerte, solo dejando mi pie reposar sobre la soberbia del corredor. Soy un recurrente estropajo y meramente de nihilista calé la paciencia del tabaco, la neurosis de la Marihuana. He movido el culo bailando perreo ebrio, así como moví mi conciencia a las nubes con la electrónica psicodélica. Obsequié hematomas, así como flagelaron mi carne pérfida, para pasar a estar del reposo al movimiento, un artista marcial en proceso de iniciación. Me encontré con una niña que me regaló sonrisas y varias aparecieron en el camino, pero también soy creyente que el que come callado, come doble. Toqué guitarra con él, que tanto desconoce de la vida, pero que tanto hace de ella sin darse cuenta, de la mía, de la suya. Visité a Vasco, que además de ser amigo es hermano, de sangre, de golpes, de decirle “Plai” al Play.
Tendría que hablar del extranjero que en resumen es de la nacionalidad perdida del “Dorado”. Él y los profetas son de la misma clase, y me llega tanto al pincho como también es capaz de acompañarme a crecer, a mejorar. Hablaría de ella que me mintió nuevamente cargando un embrión dentro de ella, un esperma prestado y una vida sin resolución, un adolescente eterno, sin padre, sin yo qué sé. Hablaría también del imbécil que en una noche me jodió sin joderme del todo y de la pareja que entrega tanto como conocen. Mil, mil, mil… no me gusta decir nombres, queda fuera de mis posibilidades. Hablaría de todos ellos, pero ocurre que están implícitos en cada una de mis acciones, hablaría del productor con barbita de relojero.
Hay freestyle en la calle, así como Agustín dice que Dios es un Freestyler y que cada pieza fue acomodada mediante terminaciones, barras y un desaire. Cuanto aire, ¿Cuánto aire?
Quiero hablar de mi ludópata “causita” que además de volar aviones, vuela super “High” y con su mirada aún sin resolver me repite: ¿Qué, cinco “nomas”? ¿Qué, ocho “nomas”? recuerdo también al altísimo de la familia que, entre cervezas artesanales, me regaló sonrisas y una pálida cadavérica inimaginable después de unas hermosas trufas. El resto es historia.
Por otro lado, en mi familia hay más de una persona que se dedica a la mecánica, pero este genio el cual termina con “K”, en pocos días me reafirmó la razón por la cual puedo decir que lo amo. El mecánico tiene paciencia de monje y fuerza de energúmeno. Finalmente está esta niña de brisas que me hubiese gustado conocer más, pero las cosas son de la manera que son y ya es muy tarde para cambiarlo. Aún eres bastante joven como para comprenderme del todo, seguramente habría sido jodido, pero ignóralo, yo y mis hipotéticos estamos jodidos hace décadas. Te veo en un año.
En el fondo he sentido esta experiencia como algo fuera de lo común y es que estar acá ya no es estar en casa, pero sé que es momentáneo, así como todo lo es. Viajar es fuera del habla superflua, una coyuntura circunstancial que produce fricción incandescente. Esotérico, una oportunidad de ser el “Young promise”. Mientras tanto seguimos circunscribiendo en las redes sociales el “okay boomer”.
La idea finalmente sería decirte que quiero agradecerte si fuiste parte del proceso, los humanos tenemos magia.
Y me:
D
U
E
L
E
Decirlo.
Eventualmente regresaré si mi vida no se acaba, así como lloraré lágrimas por no ver a mi madre, pero tú has sido eso que me permitirá ver la luz cuando las cosas se complican. Y para el resto, espero que adquieran una posición reflexiva y comprendan que cuando gana uno, ganamos todos.
Yago Salmón De Lucio es un escritor peruano de veintiún años amante del arte. En la actualidad estudia la carrera de letras en la Universidad de Buenos Aires, Argentina. Es el creador y editor del blog. Instagram: @yagosalmon y @elportadordelapolilla




Muy bueno hijo, me gustó...
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