Prosa poética: Alter ego

Una colaboración de Yago Salmón De Lucio y Franticek De Lucio

Fotografía por Yago Salmón De Lucio

Alter ego

¿Cuántas veces hemos dado la mano sin estar seguros de querer estrecharla, sin querer sostener del todo la idea, la persona? Tan títere, tan muerto, tan pasivo sediento, de eso cálido que queremos sentir dentro. Dentro, como los doce segundos de oscuridad que mantuvimos estrechos, cautivos en un mismo génesis. Estando próximos a la síntesis de la unión, damos vida al éxodo y muerte a la oportunidad de amor. Pues exigimos ser mucho más que física, esotéricos del hielo y la religión de las cabezas bajas, pero qué bien las alzamos cuando creemos estar seguros de una bala que no disparamos, de intentar cerrar el ciclo como un cerrojo que nos protege de cometer la mayor de las injurias. Ser y ser siempre lo mismo, la nada. Misántropos, sumisos, perdidos y peor aún de laberintos ajenos, sin conocer las profundidades del rompecabezas del yo, ¡Obstáculos de uno mismo! Utópico, sarcástico y aun así, héroes románticos de tertulias recónditas ante el éxtasis de mentes irónicas. Es decir, ¿No se había dicho antes, o será quizá que las cosas están ya todas escritas? Pues te hablo de laberintos y sin embargo me encuentro en uno, aquí, tratando de desenmascarar profundas antítesis del vivir Sodoma y el goce tajante de beber de la fuente de la juventud, de ser Narciso y cantar a orillas de las negras aguas de la laguna Estigia. Y ante toda vil noción de pecado, sacrificamos/ofrecemos en liturgia una orgía estéril de órganos infértiles que se esconden detrás de la luna roja, goteando sangre del sacrilegio, dando vida a mis peores demonios, todos inexistentes al despertar, pero siniestros horrores que agotan mi pensar.

Te lo digo yo, que he amasado las turbias linfas del sexo tántrico y he crispado cada uno de mis órganos esqueléticos por irrumpir en mentirosos celibatos, he roto promesas, lazos; con todos, incluso conmigo mismo. En pocas líneas te lo he demostrado, incluso el más humilde ángel puede perder las alas por llenar el vacío, la duda. La labia es el arma más mortal del hombre, contrario a lo que se cree, Judas no mordió la mano por monedas, así como se ató la soga al cuello, el oxígeno se distendió de las cuerdas vocales mucho antes de que las fibras de cáñamo se tensen . Jesús lo había pronosticado. A su vez, qué fácil es juzgar y justificar. Gritan las acciones y suspira la esencia. Las masas escuchan el ruido y algunas pobres almas rotas contemplan el murmullo de las purezas fallidas. ¿Qué somos sino tristes humanos, Todos? Algunos títeres controlados entre si y otros que no ven el final del hilo. Tétrico y a su vez belleza inmersa entre el cosmos, nirvana y algún pretérito del verbo encarnado en tu piel, mujer. Hombre, dime que no somos un alter ego del mismo ser, pues henos aquí conglomerados en más de una ocasión insistiendo en la contingencia, los caminos opuestos. ¿No somos acaso todos igual de bellos y eternos? No quiero ser la gota que derramó el vaso, pero ¿Cómo salir de este amargo nudo que nos hemos atado mutuamente? Si finalmente lo único que deseo más que todo en el mundo es decirte lo mucho que te amo. A veces la claridad viene como anillo al dedo y el cristalino de nuestras palabras contribuye al desarrollo de nuestro texto en sueños, la vida. Propongo como clave, ser holísticos; las almas reunidas son el universo, el todo.

Yago Salmón De Lucio es un escritor peruano de veintiún años amante del arte. En la actualidad estudia la carrera de letras en la Universidad de Buenos Aires, Argentina. Es el creador y editor del blog. Instagram: @yagosalmon y @elportadordelapolilla

Franticek De Lucio tiene 25 años y es Peruano de nacimiento. Graduado de la universidad de Huntington E.E.U.U. en administración de empresas y filosofía con una especialidad en economía. Actualmente reside en Missouri estudia un postgrado en terapia de Salud mental. Escritor por necesidad, amante de los demonios internos y romántico contra toda adversidad de la vida. instagram: @enlightingpoetry